Por una medicina integrada

¿Sabía que su salud depende más de Ud. mismo que del sistema médico hospitalario cada día más costoso y necesitado de cambios en su estructura, funcionamiento y
tipo de medicina a aplicar para ser eficiente?

Llegan señales de cambio para el campo médico luego de más de un siglo de consumo (uso y abuso) de medicamentos generados por la tendencia de combatir las enfermedades con dosificaciones de la medicina convencional, química o alopática. Si bien ésta última ha reportado ganancias sustanciales en la búsqueda de mejorar la salud del sujeto humano, es también ya una evidencia científica (no informada adecuada y profesionalmente) que ningún medicamento o medicina puede enfrentar por sí solo el complejo desarrollo de las enfermedades ni el reto de las posibles curaciones de éstas. Hoy, la esperanza de una vida con calidad se basa en la integración y optimización de todos los diversos tipos de tratamientos médicos con todas las energías creadoras. La ciencia y la tecnología trabajan en el desarrollo e integración de los métodos de salud alternativos, llamándolos medicina bioenergética, medicina tradicional, medicina complementaria y medicina alternativa; esto, a partir de las validaciones medico-científicas de los resultados prácticos de tales procedimientos en numerosos países e institutos biomédicos.

Según el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa de Estados Unidos (conocido por NCCAM, National Center for Complimentary and Alternative Medicine), la medicina complementaria y la alternativa “[son] un conjunto diverso de sistemas, prácticas y productos médicos y de atención de la salud que no se considera actualmente parte de la medicina convencional”, entiéndase, medicina occidental con una fundación en la industria de los fármacos. Así, éste define como medicina complementaria “aquella que se utiliza conjuntamente con la medicina convencional” --por ejemplo, la aromaterapia en el tratamiento post operatorio; y llama medicina alternativa, a los procederes médicos que se utilizan “en lugar de la medicina convencional”. Una muestra de esta última “es el empleo de una dieta especial para el tratamiento del cáncer, en lugar de la cirugía, la radiación o la quimioterapia”. La medicina alternativa se extiende cada vez más, y ya son muchos los que para aliviar los problemas respiratorios, por ejemplo, acuden a tratamientos de acupuntura, en lugar de consumir grandes dosis de cortisona. En los años más recientes los pacientes que han demostrado una autonomía de pensamiento en relación con sus doctores buscan métodos más tradicionales o menos invasivos.

La nomenclatura, sin embargo, es aún confusa. Una búsqueda rápida del significado de la palabra convencional indica que lo convencional se establece en virtud de precedentes o de costumbres. Esta explicación obliga a pensar en el error de la palabra utilizada para referirse a la medicina alopática. Si lo convencional es aquello que se ha establecido por convenio dentro de la costumbre, cómo dejar fuera de lo convencional a las medicinas naturales que se han establecido dentro de la tradición por más de 5 mil años, y sobrevivido a pesar del rechazo de dos poderes fundamentales: el religioso y el científico. La imposición de la medicina alopática (con menos de 300 años) como la medicina convencional muestra no sólo un desconocimiento profundo de la medicina en su sentido histórico, sino una posición euro centrista de poder que trata de disminuir la importancia de procedimientos fundamentales como el Ayurveda, la Medicina Tradicional China que incluye como base la Acupuntura, los Masajes médicos, la Magnetoterapia (uso de piedras, en especial la piedra magnetita o imanes), la Cromoterapia (el uso de los colores), la Homeopatía (los tratamientos con extractos florales), la Apiterapia (el uso médico de las abejas y sus producciones médico alimentarias), y la Herboterapia (o medicina verde que nos acompaña desde nuestras abuelitas).

De la misma manera resulta incomprensible que la medicina que se autodenomina como convencional clasifica como un hecho aparte el uso de las energías biofísicas. ¿Cómo no integrar dentro de lo convencional aquellas prácticas milenarias de las imposiciones de manos que tanto abundan en la Biblia y otros libros sagrados, las Oraciones o Mantras que están en toda cultura desde la antigüedad, la Meditación Yoga, la músico terapia que viene desde los cantos gregorianos hasta las salas de terapia de relajación que hoy se utilizan en algunas instituciones de salud mental. Sin embargo, hoy día, estas técnicas de curación son conocidas como Terapias del Biocampo y Terapias bioelectromagnéticas. Las mismas se usan en los hospitales de numerosos países incluyendo algunos hospitales de Europa y Canadá, y, no es sorpresa que por su bajo costo y alta efectividad, éstas también hayan comenzado a usarse en países que pasan por profundas crisis económicas como es el caso de Cuba.

A pesar de tanta confusión alrededor del tema de las medicinas sustitutivas (acupuntura, aryuveda, magnoterapia) de las medicinas fundadas en los fármacos químicos, la NCCAM define que la terapia del Biocampo se relaciona con “los campos de energía que supuestamente rodean y penetran el cuerpo humano.” Aunque estos campos energéticos no se han identificado cuantitativamente por la ciencia occidental, se sabe por los resultados de su utilización que “mediante la aplicación de presión o la manipulación del cuerpo mediante la colocación de las manos en o a través de esos campos” se pueden hacer modificaciones sobre algunas patologías y sus secuelas. Los ejemplos incluyen el Chi Gong (técnica asiática basada en el movimiento de la energía corporal en relación con la naturaleza y las artes marciales, con muchos seguidores en el mundo y una gran garantía de salud), el Reiki (sistema de curación con las manos y a distancia por medio de la concentración y la grabación de símbolos o arquetipos con muy buenos resultados en hospitales europeos y latinoamericanos como en Chile y Cuba), y Toque terapéutico (sistema creado por la Dra. Brennam en su libro Manos que curan que se basa en el dominio del aura o biocampo con movimientos de manos para quelar los daños energéticos y reponer la energía. Esta técnica se acepta en algunos cursos de enfermería y hospitales norteamericanos.

Los sistemas de salud son elementos importantes y desempeñan un papel vital en el desarrollo humano. A la altura de esta década del 2010, uno de los objetivos mayores es que los logros alcanzados no deben perderse, sino sumarse. Cualquiera que sea la nominación para referirse a las medicinas de la antigüedad asiática o india (tradicionales y naturales o complementarias y alternativas) lo que importa ahora es el aglutinamiento que seamos capaces de lograr al agruparlas y unirlas paulatinamente con los tratamientos alopáticos. Cada vez más el sujeto tiene mayor información que le permite discutir y reflexionar sobre su salud y los modos de mantenerla con una calidad que le permita vincular su cuerpo físico con su mente y la naturaleza. El espíritu humano prevalecerá y la Medicina Integrada será una realidad.